"**Noches de Salón**" fue para mí una introducción profunda al universo sonoro de **Enjambre**. Aunque debo admitir que, al principio, me costó escuchar el álbum, pese a mi conexión con sus melodías ya conocidas. Encontrarme con nuevas versiones de esas melodías representaba un riesgo. Sin embargo, tras sumergirme en la canción "**Cámara de Faltas**", decidí darle una oportunidad más amplia al disco. Para mi sorpresa, terminé enamorándome por completo de él. Primero lo disfruté como un simple espectador, y luego, como alguien que intentaba identificar cada uno de los matices y sonidos únicos que la banda introdujo en este álbum.
Ayer fue un día que había esperado con ansias para escuchar el álbum completo en vivo. No sabía si la banda retomaría las canciones tal como fueron grabadas, pero fue gratificante descubrir que lo hicieron de manera fiel. Creo que todos los fans de "Noches de Salón" podían predecir qué canción venía a continuación y cada uno de los arreglos que la banda incorporó en el disco. Ese sentido de conexión y familiaridad hizo que el concierto fuera una experiencia aún más íntima.
El año pasado, uno de los shows que más disfruté fue el de **Natalia Lafourcade**, porque logró ofrecernos una experiencia única: un concierto sentado, donde el público pudo sentir profundamente cada canción. Desde entonces, no había presenciado ni disfrutado un espectáculo de tal magnitud hasta anoche. Me hizo recordar que cantar, bailar y sentir la música es uno de los placeres más hermosos que la vida nos puede regalar.
El show fue justo lo que necesitaba: ni más, ni menos. Comenzó puntualmente a las 8:30 p.m. y concluyó alrededor de las 10:20 p.m., lo cual fue un alivio para aquellos que queríamos evitar el tráfico o preocupaciones por el transporte público. La duración fue perfecta para disfrutar de todas las canciones sin sentir que se prolongaba innecesariamente.
Además, **Enjambre** se mostró especialmente orgulloso de ser su sexta presentación en el Auditorio Nacional. Tanto, que presumieron haber ganado un lugar en los pasillos del recinto, con su propia fotografía entre los artistas más memorables. Durante el concierto, se percibía que la banda disfrutaba de este momento tanto como el público, y esa energía se transmitió en cada nota, marcando el final de una era con "Noches de Salón".
Este cierre no es solo el final de una etapa para Enjambre, sino también un recordatorio para sus fans de lo que la banda ha significado en la escena musical. "Noches de Salón" fue más que un álbum: fue una experiencia sonora que llevó a la banda a experimentar con sus raíces y a reafirmar su lugar en el corazón de quienes los han seguido a lo largo de su trayectoria. Es emocionante pensar en lo que vendrá después para Enjambre, pero lo que es seguro es que "Noches de Salón" quedará para siempre como un referente de su capacidad artística y su conexión con el público.
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