En la vigésima cuarta edición del emblemático festival Vive Latino, una sorpresa aguardaba a los asistentes: la legendaria banda mexicana Maná, conocida por su larga trayectoria y su compromiso con diversas causas sociales, pisaba por primera vez el escenario principal del evento.
La inclusión de Maná en el cartel no estuvo exenta de controversia. Muchos cuestionaron si el estilo musical de la banda encajaba con la identidad contestataria del festival. Sin embargo, ante un escenario principal colmado de espectadores, Maná no solo demostró su vigencia, sino que aprovechó la oportunidad para transmitir un mensaje de conciencia ambiental.
El vocalista del grupo, Fher Olvera, no dudó en abordar temas preocupantes como la crisis ambiental que enfrenta nuestro planeta. Entre anécdotas, tequila y momentos de diversión con el público, Fernando compartió la inspiración detrás de su disco "Dónde Jugarán los Niños", destacando la importancia de sensibilizar sobre la necesidad de preservar nuestro entorno para las generaciones futuras.
El punto culminante de su presentación fue la aparición de un elefante de dos metros de altura en el escenario, una impactante escenografÃa que sirvió como metáfora visual de la sensibilidad que Maná busca promover hacia el planeta y todos sus habitantes.
Después de transmitir su mensaje de conciencia, Maná regaló al público sus icónicas canciones de amor y desamor, recordándonos que, más allá de las crÃticas y controversias, su música sigue siendo un puente para conectar con nuestras emociones más profundas y unirnos en un canto de esperanza y solidaridad.
